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El cine como acto político




En 1940, Charles Chaplin inauguró el hecho de pensar la filmación de una película como un acto político. Me estoy refiriendo, obviamente, a la secuencia final de El gran dictador, en la que Charlot, confundido con Hymkel (alter-ego de Hitler) acaba hilando un discurso político progresista que emula a los de los políticos en sus campañas electorales.

Durante la Segunda Guerra Mundial y también durante los 20 años posteriores, el cine norteamericano fue usado como un acto político disimulado para apoyar a las tropas primero y para justificar la contienda más tarde. Se filmaron decenas de películas bélicas que representaban a los soldados norteamericanos como héroes sufrientes que liberaban al mundo de los totalitarismos europeos

Recientemente otro tipo de manipulación llevado a cabo por el gobierno norteamericano fue denunciado en Banderas de nuestros padres. En el film se muestra cómo algunos soldados norteamericanos implicados en la victoria sobre Iwo Jima fueron llevados de gira como estrellas para que la población invirtiera en bonos para subvencionar la guerra.

Veintinueve años después de El gran dictador, un director europeo inició una carrera cinematográfica dedicada casi por completo a la denuncia política, convirtiendo con ello cada una de sus películas en un acto político. Hablo de Costa-Gavras, que con "Z" (1969) denunciaba un hecho ocurrido en Grecia, su país de origen, seis años antes, en el que un líder de la izquierda fue herido de muerte por un grupo de ultra-derecha que recibía apoyo del gobierno.

Ya en los 70, la bochornosa gestión de la Guerra de Vietnam y el gobierno de Nixon dieron lugar a una revolución en el cine norteamericano. Un sector de cineastas, liderado por gente de tanto carisma como conciencia política como Robert Redford o Warren Beatty, abrió una nueva ola de cine político que, como Chaplin o Costa-Gavras, quería usar el hecho de que el cine sea un medio de masas para transmitir su mensaje político de denuncia. De esta hornada forman parte películas como Tres días del cóndor (Three days of the condor, 1975), Todos los hombres del presidente (All the president men, 1976), El cazador (The deer hunter, 1979) o Rojos (Reds, 1981).

Esta misma idea de usar el cine como modo de llegar a millones de personas en todo el planeta para denunciar un hecho o transmitir un idea cobró un nuevo sentido en 1993 con el estreno de La lista de Schindler, film que recordó a medio planeta el holocausto nazi en un momento, 40 años después, en el que se corría el riesgo de que uno de los capítulos más vergonzosos de la historia reciente cayera en el olvido.

No volveríamos a ver ninguna hornada de cine político tan interesante como la de los 70 hasta los atentados del 11-S y los gobiernos de Bush Junior y Tony Blair. No me parece desaventurado afirmar que el cine ha sido en los últimos 9 años el abanderado de denunciar los intereses implicados en la invasión de Iraq o las manipulaciones de los gobiernos implicados en ella. Syriana (2005) o In the loop (2009) son buenas muestras de ello. Directores reputados como Spielberg (Munich, 2005) o Winterbottom (Camino a Guantanamo, 2006) han orientado gran parte de su cine a hablar del 11-S y sus consecuencias.

Ahoro bien, el fenómeno más revolucionario y exclusivo de la última década ha sido el cine documental, cine que retoma el discurso político explícito de El gran dictador y que tiene como intención modificar la conciencia política de la ciudadanía. El gran exponente de este nuevo tratamiento del documental (nuevo porque el director se implica ideológicamente y nuevo porque el principal medio de transmisión son las salas de cine y no la TV) es Michael Moore, que dedicó grandes esfuerzos, aunque sin conseguirlo a intentar que Bush no fuera reelegido en 2004. Más recientemente, Moore ha intentado usar su cine para denunciar el sistema sanitario norteamericano y concienciar a la población de la necesidad de hacerlo público y universal. En esta misma vía de modificar conciencias se halla Una verdad incómoda (2006), de Al Gore, otro film documental que trata de hacer llegar a todos los públicos sus preocupaciones por el cambio climático.

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